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La casita del horror

La leyenda del cerro del muerto

La leyenda nos dice que en esta zona, se reunieron tres tribus: Los chichimecas, nahuatlacas y chalcas. Esto con el fin de llegar a un acuerdo para que pudieran establecerse en ese lugar sin que hubiera problemas entre las partes.

Cada tribu contaba con un sacerdote. Las negociaciones transcurrieron con normalidad y cuando estaban a punto de irse, uno de estos sacerdotes tuvo la idea de bañarse en un charco de agua caliente. Una vez este se lanzó al agua, no volvió a ser visto.

A este charco se le conoce como “la Cantera”, el cual no es más que un manantial de aguas termales. Este es solo de los muchos que hay en Aguascalientes. Se dice que estos charcos existen porque fueron “sembrados”; por decirlo de algún modo, por tribus más antiguas, las cuales querían, como hemos dicho, sembrar agua.

Para lograr esto, simplemente tomaban agua de su guaje, abrían un hueco donde la echaban, posteriormente agregaban medio almud de sal y lo cubrían. Luego de algunos años, estos se convertirían en aguas sulfurosas.

Este método fue empleado en varias zonas de la región, y es esto lo que le da el nombre a la ciudad de Aguascalientes.

El sacerdote en cuestión pertenecía a los chichimecas. Y esta tribu lo estuvo esperando durante horas a que volviera de los charcos, pero no regresaba. Y así pasaron días y no había rastro de él.

Los chichimecas comenzaron a preguntarse si los chalcas habían matado a su sacerdote, pero no querían creerlo, pues habían hecho un pacto.

El cerro del muerto
El cerro del muerto

Sin embargo, pasaron meses y no aparecía el sacerdote. Esto convenció a los chichimecas de que los chalcas lo habían matado, y les declararon la guerra. No esperaron mucho cuando estos comenzaron a atacar con flechas a los chalcas, los cuales no sabían cómo reaccionar.

De hecho, acudieron a los nahuatlacas en busca de ayuda, pero estos les dieron la espalda a ambas tribus, pues esa guerra no tenía nada que ver con ellos. Sin embargo, en medio de la disputa apareció el sacerdote finalmente, el cual quería detener la guerra y explicar lo sucedido, pero su tribu no le escuchaba.

Fue en ese instante cuando los chalcas decidieron responder el ataque para expulsar a los chichimecas, todo este enfrentamiento hizo que una flecha atravesara el corazón del sacerdote, el cual no se detuvo e intentó llegar hasta su tribu. En su trayecto, la sangre caía al suelo y dejaba un rastro que, aseguran, aún hoy en día puede verse. Sin embargo, no lo logró y cayó.

Cuando murió el sacerdote, su cuerpo enterró a todo su pueblo. A partir de ese momento, toda esa pila o cerro pasó a conocerse como el cerro del Muerto.

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