Cuando hablamos de México, específicamente la ciudad de Aguascalientes, es imposible no mencionar a una de sus leyendas más grandes e icónicas, la cual vivió durante el periodo de 1800. Sin dudas, hablamos de Juan Chávez.
Este hombre era considerado un matón o bandido, desde la perspectiva de los liberales de la época.
El comienzo de Juan Chávez
Nació en el año 1831, y su padre fue Don Juan Dávalos, el cual era un hombre muy popular y acaudalado que formaba parte de las filas de los grandes conservadores, además solía apoyar financieramente al partido.
Por otro lado, su madre era una mujer humilde llamada Ignacia Chávez, que era hija de un trabajador de la finca de Dávalos.
Juan Chávez fue el resultado de una noche de travesuras de Juan Dávalos con Ignacia Chávez. Desde temprana edad, Juan ya sabía quién era su padre biológico, y aunque nunca le conoció, sí le guardaba un profundo respeto.
Físicamente era muy parecido a su padre, siendo un hombre alto, con una personalidad fuerte, ojos claros y una mirada cautivadora. Pero además de todo esto, también tenía otra cosa en común con su padre, y eran sus fuertes convicciones.
La leyenda de Juan Chávez
Al crecer, este desarrolló algunas de sus cualidades más destacables, como una gran inteligencia, aunque no contaba con estudios. Este era capaz de darte una cátedra relacionada a un tema que conocía y quedabas sorprendido. También se cuenta que era muy valiente y que no tenía miedo a nada. Estas fueron algunas cualidades que lo definieron.
En el año 1863, Juan Chávez fue nombrado Prefecto Político de Aguascalientes, así como también estuvo a cargo de los asuntos políticos y militares del estado.
Juan Chávez cometía fechorías o crímenes para beneficio de los conservadores. Sin embargo, cuando ganaron los liberales, este fue perseguido abiertamente.
Se casó con doña Petra Ávila y pasó de ser el hombre que era, a no ser más que un delincuente peligroso y temido, pero esto era para poder preservar tanto su vida como la de su esposa.
Y aunque fueron años de persecución constante, no fue sino hasta el 15 de febrero de 1869, cuando fue asesinado por sus dos asistentes cuando se encontraba descansando en San Sebastián y se quedó dormido.
Así acabó la vida de Juan Chávez, traicionado y crucificado por sus asistentes. De este modo, y aunque su luz se apagó, nació una nueva leyenda la cual se extendería por todo el país.
Juan Chávez fue un ladrón cuyas víctimas favoritas eran los liberales, y cuando este se los encontraba, les quitaba todas sus pertenencias, de modo que poco a poco fue construyendo un gran capital.
Por todo eso y es más, cuando hablamos de la historia de Aguascalientes, debemos mencionar a esta leyenda.