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La casita del horror

La leyenda de la calavera del panteón

Esta historia nos remonta a hace muchos años atrás, donde un albañil adquirió el compromiso con Don Carlos Espino, de construir y terminar un monumento que este dedicaría a su familia. Este debía estar listo un día que ambos acordaron.

Sin embargo, debido a varias complicaciones, el albañil se atrasó en su tarea y cuando llegó ese último día, en el cual debía estar lista la obra, no era así. No obstante, este seguía trabajando para terminarla.

Un día mientras caminaba un corredor para traer algunas cuñas que hacían falta, sintió una extraña sensación que recorría su cuerpo. De repente, sintió que alguien estaba detrás de él siguiéndolo y cuando se dio la vuelta, para su sorpresa, tenía razón.

Antes de darse la vuelta, tenía una extraña mezcla de emociones que escalaban el miedo, sentía como si le hubieran echado un balde de agua fría por la espalda y que le temblaban las piernas.

Cuando finalmente miró atrás, pudo ver a una calavera que le hablaba. Esta le dijo que se compadeciera de todas las penas y sufrimiento que le habían atormentado por más de 50 años y lo retenían en el purgatorio. Y que con el fin de obtener el descanso, le pidiera a su abuelo (de la calavera), que era el padre del abuelo del albañil, que le entregara unas monedas en plata que se encontraban en la alacena.

La calavera del panteón
La calavera del panteón

De estos, tomaría 100 pesos para darle 50 al cura para que ofrezca tres misas para él. A cambio, la calavera le otorgaría el alivio de esas penas que lo atormentaban. Sin embargo, si no cumplía, jamás sanaría.

El albañil finalmente pudo moverse, y soltando las cuñas al suelo, se echó a correr de ese lugar. Pero esto no había acabado. A la mañana siguiente, le pidió a un amigo que le acompañara a buscar las cuñas, para no tener que toparse con la calavera.

No obstante, el albañil cayó enfermo de gravedad. Fue en este momento en el cual recordó las palabras de la calavera y decidió hacer lo que esta le dijo. Fue así que pudo mejorar de todos sus males.

Tiempo después, el albañil le contó la historia a sus amigos, de entre los cuales, uno afirmó haber conocido a alguien que vivió la misma situación, pero esta persona no hizo lo que la calavera le pidió y nunca logro curar su enfermedad.

Con el paso del tiempo, más y más personas coincidieron y así nació la leyenda.

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