Una leyenda que se remonta al comienzo de los tiempos
Hace miles de años, cuando nuestro planeta apenas se estaba enfriando luego de recibir tantos impactos de los asteroides y demás cuerpos espaciales, ya se podía escuchar el retumbar de la tierra al ritmo del paso de los gigantes, los cuales eran los soberanos de toda la creación.
Esto era así, debido a que poseían un intelecto muy superior al de cualquier otro animal. Además, estos poseían una estética muy bien cuidada, con cuerpos atléticos. Sin embargo, esto no para allí, pues la raza de gigantes es la responsable de la creación de los enormes palacios y ciudades que ninguna persona podría siquiera imaginar hoy en día.
Todo parecía perfecto en ese entonces, pues la tierra era fértil y la cosecha era siempre buena, además de que contaban con un arte muy bello, todo producto de la avanzada civilización que tenían. De hecho, es tan complejo e interesante este sistema, que muchas personas dudan de si de verdad existió.

Aquel fatídico día
Estos gigantes no poseían ni una pequeña pizca de maldad o codicia en sus corazones. De hecho, reinaba la armonía entre sus comunidades, y de esta forma vivieron durante siglos y siglos.
Sin embargo, nada es eterno, y eventualmente la paz de la que tanto hablamos terminó. Llegó aquel fatídico día en el cual fuertes movimientos sísmicos desgarraron la tela de la majestuosa y avanzada civilización que estos gigantes habían construido.
Este fue un evento sin precedentes, el cual arrasó con una gran parte de todo lo que estos gigantes habían levantado durante todo su tiempo de existencia. No obstante, finalmente se detuvieron los movimientos de la tierra y hubo paz nuevamente.
Pero debido a este evento, los gigantes estaban asustados de que volviera a ocurrir. Todo este miedo aumentó debido también a la pérdida de incontables vidas.
Aunque de los sobrevivientes que quedaron, debemos destacar a una pareja, el príncipe del país del norte cuyo nombre significa “Calientes Primaveras”, Verlé. Y también la princesa de la ciudad del sur, cuyo nombre se traducía como “Aguas Cristalinas”.
El origen de Aguascalientes
Esta pareja de gigantes fue elegida para acudir ante Dios. Estos lo hicieron y, explicándole la situación de lo que había ocurrido, le pidieron a Dios el poder quedarse en su tierra, pues la amaban.
A todo esto, Dios respondió que no podía ser, pues la tierra podría volver a sacudirse del mismo modo y acabaría con los pocos sobrevivientes que quedaron. Sin embargo, la pareja de gigantes le imploró al creador poder quedarse en su amada tierra.
Dios vio la sinceridad en sus corazones y aceptó, pero les dijo que tenían que hacerlo eternamente. Luego los gigantes volvieron con su gente y les informaron el designio de Dios.
Entonces Verle se acostó sobre su amada tierra con la cabeza en posición al sur, y Kirle hizo lo mismo hacia el frente de su esposo. Luego, los demás gigantes tomaron diferentes posiciones para esperar toda la eternidad.
Una vez sucedió todo esto, ocurrió un eclipse que cubrió toda la tierra, y cuando terminó, ya no quedaba rastro de gigantes, pues estos se habían convertido en montañas y tierra. De esta forma nació lo que conocemos como Aguascalientes.