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La casita del horror

La leyenda de la ahorcadita

Cerca del pueblo de Todos Santos, existe un lugar mítico, el cual despierta pesadillas entre las personas, pues cuando sigues el camino que lleva a la cañada honda, pastora y playitas, encontrarás un gran árbol que es bastante común en la zona.

Pero este es diferente pues se le conoce como Palo Blanco, y cerca de esta se encuentra una tumba carente de epitafio, sin nombre, solo existe un pequeño letrero que reza “La ahorcadita”.

Este relato transcurrió a finales del siglo 18, y nos cuenta que había una joven de tan solo 18 años, la cual se había casado y vivía con su esposo, su cuñado de 9 años y su suegra en la huerta que se conoce como “La diabla”.

Ese día particular, el esposo de Matilda, el cual es el nombre de la joven de 18 años, se había ido a su trabajo. Eso la dejó a ella como la encargada del campo de calabazas que se encontraban cuidando en ese entonces.

La ahorcadita
La ahorcadita

Esa mañana, pasó por el sembradío un conocido, el cual era Astolfo Monteverde, quien amablemente saludó a la joven, sin ningún tipo de malicia ni intención oculta y le halagó diciéndole que las calabazas estaban muy lindas.

Todo esto fue algo normal. Sin embargo, para la suegra de Matilda, esto no fue bien recibido, quien iracunda y llena de celos, golpeó a la joven furiosamente con un metate. Mientras lo hacía, gritaba y llamaba a la chica “Coqueta”.

La suegra golpeó a Matilda muchas veces hasta extinguir su vida. Cuando entró en cordura, quiso esconder su crimen, por lo que hizo parecer que se había tropezado y se golpeó.

Una vez llegó su esposo, este se enteró de lo que había sucedido, así que en complicidad con su madre, decidieron que colgarían el cuerpo sin vida de Matilda, para hacer parecer que se había suicidado. Esa noche, iluminados por antorchas, buscaron donde dejarla colgada y lo hicieron en el árbol de Palo Blanco.

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