¿Ya conoces la leyenda de la novia del mar en Campeche?
Esta historia nos habla sobre el amor, los celos y la tragedia.
Este relato es muy bien conocido por los habitantes de Campeche, pero sobre todo por aquellas personas que residen en sus costas, donde incluso podremos hallar el monumento de una mujer observando al horizonte, sentada sobre unas rocas, en espera de su enamorado.
Según los dichos, hace mucho tiempo vivió una hermosa dama que solía pasar sus tardes mirando el atardecer. Le gustaba observar como caía el sol mientras los rallos chocaban con las aguas del mar, rebotando y formando espectaculares destellos.
El mar por su lado presto atención a la joven, fascinado con su belleza, con aquel brillo en sus ojos, y aquella alegría desbordante que emanaba cada que llegaba. El mar se enamoró de ella.
De esta manera el mar se tornaba bello y calmo cada que llegaba, intentaba crear las vistas más espectaculares para sus ojos, para sacarle una sonrisa más.
La llegada del marinero.
Un día como cualquier otro, llego al puerto un marinero de buen ver para la joven. Ambos se conocieron en aquel lugar, y fruto de este encuentro nació un amor entre ambos. Los dos se enamoraron, se juraron amor eterno y felicidad inigualable, se abrazaban y en cada uno de esos abrazos sellaban sus sentimientos con un tierno beso que se entregaban el uno al otro.
El mar por su parte estaba celoso con esta situación, aquella mujer a la que tanto amaba, ahora estaba lejos de él, extrañaba aquellos tiempos en que sus aguas rozaban su suave y tersa piel.
La partida.
Un día aquella pareja debió separarse. El deber del marinero lo llamaba. Los enamorados se juraron que pronto se reencontrarían y continuarían su romance hasta el final.
Fue en este momento cuando el mar vio la oportunidad de deshacerse del marinero.
Cuando el marinero entro en lo más profundo del mar, este dejo caer toda su furia sobre su embarcación, haciendo que naufragara y eventualmente desapareciera, perdiéndose para siempre en medio de aquellas aguas.
¿Por qué la dama mira al horizonte?
Como te mencione en un principio, aquellos jóvenes se juraron algún día reencontrarse, que un día volverían estar el uno con el otro. Fue por este motivo que aquella damisela se sentó cada atardecer esperando a su amado, en ocasiones paseando por el malecón, observando la llegada y partida de los barcos, mientras al mismo tiempo, el mar seguía admirando a la mujer de la que se enamoró.