
La famosa leyenda de Chiapas nos cuenta que, cuando cae la noche en Tuxtla Gutiérrez, y hay familias preocupadas por sus enfermos, nace una sentimiento sobrenatural, pues surge el miedo, el cual se puede percibir.
Repentinamente todos escuchan el chillido de una vieja carreta, la cual, por lo general, viene acompañada de un viento frío y espectral.
Inmediatamente todas las personas cierran las puertas de sus casas, apagando las luces y manteniéndose en silencio pleno, esto con el propósito de que el hombre de la carreta no se detenga justo en sus puertas.
Además, los ancianos más experimentados piden a las personas que eviten mirar al ente que arrastra la carreta. Sin embargo, y pese a estas advertencias, existen muchos jóvenes que intentan ser valientes y mirar quién está detrás de esta. Aunque antes de hacerlo, rezan con la esperanza de que la figura no se voltee a verlos a ellos.
Además, esta leyenda nos cuenta que si existe alguna persona enferma de gravedad o moribunda, y el hombre de la carreta se para cerca de esta, entonces esa persona va a fallecer inmediatamente. Posteriormente, la entidad se llevará su alma en la carreta para retomar su camino hasta perderse en la oscuridad de la noche.
Algunas personas afirman que el ente que arrastra la carreta es San Pascualito, el cual es un Santo que ha sido venerado en Chiapas durante muchos años, e incluso también se sabe de él en ciertos lugares del país de Guatemala. No obstante, este no ha sido oficialmente reconocido por parte de la iglesia, por lo que condenan a aquellas personas que piensen en rendirle tributo o adorarle.
A día de hoy, esta historia sigue presente en las localidades de Chiapas, y las personas lo piensan dos veces antes de salir en esas solitarias y oscuras noches.