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La casita del horror

La leyenda del puente de los suspiros

El puente de los suspiros

Se dice que entre 1909 y 1910 comenzaron los trabajos de la obra, lo harían sobre el Río San Juan. El objetivo era que fuese conmemorativo del Centenario de Iniciación de la Guerra de Independencia.

Tanto el proyecto como la faena de los trabajadores ejercían un magnetismo sobre la apacible vida de los pobladores. Quienes se sentían más atraídos e influenciados por la curiosidad eran los más pequeños de la casa.

Con frecuencia se acercaban a espiar el progreso de la infraestructura. Claro, en su inocencia desconocían los riesgos que tales incursiones significaban. En fin, entre sus diversiones de momento era irse a jugar cerca del futuro puente.

Como no podía ser de otra forma, tal costumbre alarmó a los padres de toda la población. Temerosos de que un accidente sucediese, se organizaron y de común acuerdo contaron una mentira a los niños.

Les dijeron que los obreros agarraban a los niños y estando todavía vivos, los empotraban en las columnas o muros. La historia causó un gran impacto en los menores que se mantuvieron al margen. Aunque no todos.

Un niño fue especialmente suspicaz, desoyó la advertencia de los adultos. Volvió a la zona de obras, quedó estremecido con lo que halló: sangre en la mezcla de cal y arena.

Tal mezcla era empleada por un trabajador para consolidar los bloques de barro. El muchacho salió por el pueblo gritando a voces que la historia de los adultos era cierta.

Las creencias y más allá

¿Era sangre humana? ¿Los obreros sacrificaban niños? ¡Nada había de cierto en aquello! Sin embargo, sí era sangre lo visto por el niño. Era sangre de bestias porque los constructores tenían la superstición de que dotaban de resistencia a la obra.

Era tanto una superstición como una tradición muy arraigada entre los maestros de obras. Los trabajos continuaron y el proyecto se concretó. No obstante, el testimonio del niño hizo mella en los pobladores de la zona.

Las mujeres que caminaban solas descartaban pasar por el puente. Porque decían oír los lamentos y suspiros de los pequeños que fueron enterrados. Se creía que confundían a todas las mujeres con las madres que los dejaron.

Todo en un acto de desespero buscando el auxilio de las madres ausentes. En aquel entonces, eran muchos los pobladores analfabetas. Esto ayudó a que la leyenda cobrase fuerza.

¿Por qué? Porque estos abuelitos señalando la placa en una columna, aseveraba que era el listado de los niños sepultados en vida. Quien no supiese leer, tomaría por ciertas sus palabras al momento.

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