El día estaba sereno, parecía ser como cualquier otro día que se vivía en lo profundo de los canales de Xochimilco. Don Julián Santana se encontraba haciendo sus labores diarias en su chinampa, cuando de repente vio algo que lo perturbó profundamente.
A un lado de su isla, a la orilla del canal, se encontró el cuerpo ahogado de una joven. Aunque intentó rescatarla, ya era demasiado tarde. La joven había muerto.
Desde ese momento Don Julián no tuvo paz. Se sentía vigilado y acechado a cada instante por la presencia fantasmal de la joven que vio morir. No podía pescar, sembrar o llevar acabo sus actividades regulares, porque lo que él decía era el espíritu de la joven a quien llamaba “la sirena”, no lo dejaba.
Por esa razón Don Julián comenzó a recolectar muñecas que encontraba a la orilla de los canales, o en la basura. Y las llevaba a su chinampa como forma de protección. Las colgaba en los árboles, alrededor de su casa, sobre cada alambre y en cada rincón. Esto, según afirmaba, como forma de protección. Ya que él pensaba que el aspecto tenebroso de estas muñecas espantaba al espíritu de la joven que lo acechaba, así como al resto de espectros malignos que quisieran entrar.
Así fue como poco a poco fueron llegando muñecas, década tras década y en cada rincón.
@lacasitadelhorror La isla de las muñecas. Un lugar emblemático de Xochimilco #laisladelasmuñecas #historiadeterror #leyendasdemexico ♬ sonido original – ☠️La casita del horror☠️
Hasta que un día de abril de 2001, Don Julián se encontraba pescando a la orilla de su isla y sufrió un infarto fulminante que le quitó la vida. Cayendo justo en el mismo lugar donde décadas atrás había encontrado el cuerpo de aquella joven. ¿Casualidad?
Nadie sabe qué pudo haber visto antes de fallecer Don Julián, pero su alma quizás quedó en ese mismo lugar para siempre.
La única muñeca con nombre
En la isla de Don Julián actualmente hay más de 2 mil 500 muñecas, de diferentes tamaños y colores. Algunas tienen más de 70 años, otras son más nuevas y han sido llevadas por los miles de visitantes, que atraídos por la historia de la isla, deciden llevarlas como forma de protección.
Algunas de esas muñecas están decapitadas, otras no tienen ojos o sus cabellos son la casa de insectos o arácnidos. El sol ha quemado algunas, dándole mayor aspecto misterioso, mientras que otras ya sienten los estragos del paso el tiempo y el efecto de la naturaleza.
Pero hay una que está más conservada que el resto, a pesar de tener más de 50 años en el lugar, y se cree que es porque era la preferida de Don Julián. Y esto se debe, a que es la única muñeca de todas las que se encuentran en la isla, que tiene nombre.
Se trata de Agustinita, una muñeca bien vestida, con adornos y un sombrero, que se encuentra dentro de una trajinera típica de Xochimilco, adaptada a su tamaño. Esta es una muñeca especial, pues se cree que puede cumplir todo lo que se le pida. Por esta razón, visitantes e incluso algunos lugareños acuden y le llevan regalos.
Un sitio para visitar
Después de la muerte de Don Julián Santana, la isla fue cuidada por Anastasio Santana, su sobrino, quien también falleció en febrero de 2019. Ahora la isla está a cargo de familiares, quienes se preocupan por mantener la tradición de llevar las muñecas.
Aunque es un lugar con una vibra realmente tenebrosa, se puede visitar. Se navega al menos unos 30 minutos desde un muelle en Xochimilco, hasta la chinampa de Don Julián y allí se escucha toda la historia.
Aunque sólo los más arriesgados se atreven a ir, es un lugar realmente interesante. Donde además, se pueden escuchar historias de los navegantes de los canales quienes dicen que estas muñecas se mueven, abren sus ojos, susurran entre ellas y hasta los llaman para que se acerquen al lugar.