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La casita del horror

La leyenda del fantasma del convento

El fantasma del convento

Hubo un tiempo en la historia mexicana donde muchos templos y lugares de esta índole estaban en ficha de ser demolidos, debido a una reforma en la que solo algunas iglesias continuaban abiertas para servicios de culto y otras como oficinas públicas.

Así ocurrió con el convento de Guanajuato, ahora un ex convento, donde se cuenta que aún reside una sombra fantasmal, negra como la noche, que acecha incluso durante la luz del día, y que hasta hoy nadie se explica de donde salió, quién fue esa persona, o si es un alma sentenciada a vagar por los pasillos del ex convento de la Merced.

Por este convento pero hace muchos años atrás iba un Coronel y su asistente, ambos discutiendo apresurados hasta que algo los detuvo, con la mirada fija en el arco que estaba apenas a unos metros de distancia, ninguno de los dos parecía poder moverse.

Por un costado se encontraba Gerardo Murillo, famosísimo pintor, quien caminaba de vez en cuando por el convento hallando inspiración en los jardines de esta enorme estructura, fue durante una de sus caminatas que noto a lo lejos a estos dos personajes, parecían estar peleando hasta que alguien, o algo, los detuvo.

El Coronel con una mirada inundada en pánico, y con las manos temblorosas, empezó a disparar sin más hacia ese “alguien” que se encontraba frente a ellos, el pintor no podía hacer más que observar desde un rincón, cómo tal autoridad no despegaba la vista de aquel arco.

Por un lado su asistente solo estaba tieso de pánico, mientras el Coronel trataba de recargar su arma con los nervios de tal modo que sus balas habían caído al piso, justo cuando bajo a agarrarlas se acercó a ellos una nube densa.

Una figura enorme y negra

Así lo describió el asistente a las autoridades, cuando le preguntaron qué había pasado en esa tarde, sucedió que luego de que las balas cayeron al piso, aquella cosa que tenían de frente se había acercado hasta el coronel, alzándolo por el cuello.

Desde su escondite el pintor solo vio como el coronel ahora estaba suspendido en el aire, al menos a un metro del suelo, con su asistente ahora desmayado por el susto, aquella sombra negra lo sostuvo por tanto tiempo que el coronel perdió todas sus fuerzas, fue en el momento en el que se quedó sin aliento cuando esa misteriosa figura lo dejo, desapareciendo de inmediato.

El comisario se encontraba cerca al lugar, por lo que aquellos disparos le habían alertado, al llegar consiguió el cuerpo del coronel sin vida, no le quedó otra cosa que culpar a todos los presentes por asesinato, debido a que estos solo narraban la descabellada historia de un hombre sombra, que con una fuerza bruta había asfixiado al coronel.

Todos lograron zafarse de los cargos, debido a que el médico de guardia tuvo la idea de comparar las marcas en el cuello del fallecido coronel, con las de todos los que se encontraban dentro del recinto, aquellas marcas superaban el doble al tamaño de una mano normal.

El único que había visto de frente todo el hecho parecía ser el asistente, quien no era capaz de narrar lo que había ocurrido “era el fantasma de un fraile” decía “pero con una cara…Y manos horribles” esto era lo único que alcanzaba a decir, demostrando aun un terror en la mirada y desmayándose cada vez que recordaba a dicho espectro.

Aún no se conoce que fue lo que de verdad mato al coronel aquella tarde, pero en el sitio aún se siente la presencia de un mal, un fantasma o algo que deambula por el ex convento de la merced.

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