En la historia y el folclore mexicanos hay muchos nombres icónicos que ensalzan los valores más arraigados de su cultura. Un ejemplo extraordinario, lo constituye la leyenda de “El Pípila”.
Sus actos heroicos del 28 de septiembre de 1810 permitieron la conquista de la Alhóndiga de Granaditas, ubicada en Guanajuato. Todo ello acaeció días precio a que existiera el movimiento de Independencia en México.
¿Quién fue “El Pípila”?
Se trataba de un humilde minero proveniente de San Miguel de Allende, se llamaba Juan José de los Reyes Martínez. Se incorporó a la movida insurgente del sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla en la lucha para independizarse de la Nueva España.º
De carácter resaltaba su valentía y fortaleza. En cuanto a sus rasgos, tenía ojos rasgados, cabello azabache y lacio. Este mestizo se granjeó el apodo de “El Pípila” porque su piel se asemejaba a las plumas del guajolote. En específico de la hembra de estos pájaros que recibía el nombre de pípila.
De los Reyes Martínez se unió a los hombres reclutados por el sacerdote. Tuvieron como punto de partida San Miguel el Grande la meta era llegar a Guanajuato. Porque allí se concentraban las últimas fuerzas españoles que se mantenían en pie.
Hidalgo había reunido a 6000 hombres dispuestas para luchar. Gracias a ello, conquistaron San Miguel el Grande, así como Celaya y Salamanca previamente. Acá se proclamó a Hidalgo como Capitán General de los Ejércitos de América.
Por su parte, Allende recibió el grado de Teniente General. En una medida desesperada, los españoles se guarecieron en la Alhóndiga. Este sitio se empleaba comúnmente para como silo, para almacenar semillas y granos.
Lo único que separaba a los mexicanos de su ansiada libertad, era el ejército que resistía dentro de la Alhóndiga.
¡A la conquista de la Alhóndiga!
Los españoles se negaban en redondo a ceder su último bastión. Entregarlo sería una derrota que los deshonraría y podría costarles la vida. Ambos ejércitos se jugaban sus ideales con la mayor ferocidad posible.
Por ello, la noche se tornó especialmente violenta aquel 28 de septiembre. El ejército mexicano luchó con tenacidad, pero la Alhóndiga seguía regia: inaccesible.
Fue entonces cuando Hidalgo y Allende concluyeron que para tomarla, debían quemar su puerta principal. Juan José fue el voluntario para tan decisiva tarea. Cuentan que Hidalgo lo sopeso por algunos minutos, pero finalmente dio su consentimiento.
Ícono de la valentía
De los Reyes Martínez sostuvo a cuestas una ancha lápida de los yacimientos. Esa sería toda la “armadura” que tendría para protegerse contra los disparos del ejército contrario.
El mestizo fue reptando hasta alcanzar la entrada de la Alhóndiga. Además de la losa a cuestas, llevaba en una mano una antorcha y en la contraria aceite o brea. Untó el inflamable al pontón, sin perder tiempo prendió la imponente puerta.
Con ello, despejaba el camino para que entrase el ejército mexicano a la batalla con los españoles. La cultura popular de México, afirma que “El Pípila” tuvo parte activa en más batallas.
Sobrevivió a todas ellas, al punto de retornar a sus labores en las minas. Se estima que falleció el 25 de julio de 1863. Sin embargo, la leyenda de su heroicidad perdura hasta el presente.