Los vampiros son criaturas muy recurrentes en muchas culturas, existen en el mundo del cine y la literatura, pero en México, más específicamente en Jalisco, apareció uno durante el siglo XVIII del cual se deriva este relato.
Se cuenta que en época de la colonia, arribó al pueblo de Belén un hombre poseedor de una gran fortuna, con ella adquirió una hacienda. Su nombre era Don Jorge, una persona agradable, pero también rodeado de mucho misterio pues aunque sus vecinos lo conocían, también se desconocía mucho de sus orígenes.
A algunos pobladores no les agradaba mucho. Consideraban que era una persona muy extraña porque vestía siempre de negro, y les perturbaba que saliera a dar caminatas a altas horas de la noche.
No se sabe el motivo, pero un día las personas empezaron a notar la desaparición de algunos animales, perros, gatos y una que otra gallina. Pero en este caso solo dejaba la duda de, ¿Qué les ocurría?
Esos animales siempre eran encontrados muertos, y completamente desangrados. No contaban con otras heridas que delatara que intentaron defenderse. Algunas personas solo los ignoraron, pero esto fue imposible cuando iniciaron a aparecer personas con las mismas marcas, y sin una gota de sangre.
Los pobladores esta vez no ignoraron los acontecimientos, y con la llegada de la noche se prepararon para buscar que sucedía. ¿Cuál sería su sorpresa cuando miraron al mismísimo Don Jorge, bebiendo la sangre de una de sus víctimas?
Por supuesto, todos iniciaron una persecución para atrapar a Don Jorge, pero el ahora vampiro logró refugiarse en su hacienda.
En este momento mucha gente trato de buscar al padre del lugar, para practicar un exorcismo que ahuyentara aquel espanto, pero otros conociendo muy bien que la única manera de acabar con un vampiro era atravesando una estaca en su corazón, tomaron el asunto en sus manos y cuando por fin atraparon a Don Jorge, terminaron su vida de esa manera.
El vampiro murió, pero antes de su último aliento juro que algún día volvería para vengarse.
Se dice que el cuerpo del vampiro fue enterrado en el panteón de Belén, y que una vez que fue sepultado un árbol nació ahí. Se piensa que aquel árbol al que hoy en día se le llama “El árbol del vampiro” rompa la lápida con sus raíces, o sea cortado, liberará a Don Jorge y volverá una vez más.