
A lo largo de la historia del mundo, han existido cientos de religiones con diferentes dioses. Aunque muchas coinciden en el mensaje de amor que todas promueven, muchas de sus actividades son distintas.
Si hemos de mencionar una de las religiones más interesante, sin dudas debemos hablar sobre una de las culturas que más impacto ha tenido en México. Hablamos de los mayas.
Estos, al igual que muchas culturas indígenas antiguas, eran politeístas. Esto significa que en su sistema de creencias, no veneran a un solo Dios, sino que a varios.
Kinich Ahau: el Dios del Sol
La deidad Kinich Ahau era conocido como el Dios del Sol, pero no al que conocemos, sino que lo era de una forma más interna y espiritual. Este también era considerado como el Dios de la poesía y la música.
Muchos creyentes lo relacionaban a la muerte, pero este era más esperanzador o benevolente.
Kinich Ahau también era quien guiaba a otros de los dioses de la comunidad Maya. Así que se puede decir que este tenía diversos papeles.
Por un lado, era quien tenía el deber de distribuir de forma eficiente y con justicia las tierras a los pueblos. También era responsable de resolver cualquier diferencia o problema que pudiera ocurrir no solo entre sus creyentes, sino también con los propios dioses. Por esto último, algunos lo consideraban como el Dios de la guerra.
Aunque los Mayas adoraban a varios dioses, estos estaban de acuerdo en darle mayor importancia a Kinich Ahau, pues consideraban que gracias a este es que podrían obtener una buena cosecha y así alimentar a todo su pueblo. Además, este era el esposo de la Diosa de la luna.
Cuando hablamos de símbolos, debes saber que este Dios era frecuentemente representado con la figura del jaguar, el venado y el águila. En principio porque él era la representación de la gloria, triunfo, poder y de todos esos guerreros que eran merecedores del reconocimiento.
Como ya te hemos contado, esta deidad era sumamente importante para los mayas, por lo que se encargaban de adorarlo de la forma más apropiada, desde bailes hasta sacrificios. Además, en los templos de Kinich Ahau, podías encontrar sacerdotes que tenían la tarea de predecir el futuro de aquellos que se acercaban a pedírselo.