El relato nos dice que el ente llamado “El sombrerón”, primeramente elige a su víctima, y es a esta a la cual se le va a aparecer.
Aquellas personas que han manifestado haberlo visto, lo han descrito como una entidad extremadamente alta, vestido con un traje negro con botones de oro, botas muy grandes con espuelas hechas de plata. En cuanto a su rostro, ha sido imposible verlo bien, pues lleva un sombrero sumamente grande que le cubre casi toda la cara y espalda.
Una vez que el sombrerón ha elegido a su víctima, se le aparece para llevarse su alma, por lo que le causa un terrible susto que lo paraliza y le hace imposible moverse. A esto se le suman sensaciones de terror, preocupación y angustia.
Sin embargo, antes de llevarse a las personas, les ofrece un trato en el que conseguirán riquezas y hasta vida eterna si van con él. Aquellas personas que lo aceptan, pierden su alma para siempre. No obstante, la única forma de cancelar un contrato con el sombrerón es ofreciendo una vida inocente, como la de un niño, pero será la persona quien tendrá que cazar a ese pequeño para zafarse de su trato.
Si el sombrerón consigue un alma, entonces se va cabalgando su caballo negro como su ropa y como la noche, hasta perderse en la oscuridad y el viento.
Se dice que para poder ver el paso del sombrerón cuando este no te ha elegido como su víctima, deberás aplicarte en tus ojos las secreciones de los ojos de algún perro, pues de esta forma, serán capaces de ver aquello que los demás no pueden.
No obstante, esto conlleva a un riesgo, pues las personas pueden traspasar a esa dimensión paranormal, no solo podrán ver al sombrerón, sino a otras apariciones, por lo que podrían quedar clínicamente locos al final y no salir nunca de esta, donde el peor de los casos es la muerte.