Los lagos de Montebello se encuentran a los alrededores de Chiapas, México. Un lugar que hasta finales del siglo XIX solo era concurrido por los pocos habitantes de la zona, campesinos y vaqueros que se dedicaban a la siembra y la ganadería. Aquel sitio tenia selvas jamás exploradas por completo y entre ellas los lagos de Montebello.
Estos lagos brindaban agua a los animales que por ahí andaban, pero además de ser zonas peligrosas, guardaban cierto misterio. Empezaron a encontrarse cabezas de ganado tiradas a lo largo de la orilla del lago, alarmando a los pobladores y los dueños de haciendas cercanas. Pronto desaparecían las vacas, caballos y cualquier animal que se acercara al lago.
De a poco empezaron a correr el rumor de que algo paranormal estaba ocurriendo en los lagos de Montebello, no había nada natural en la manera en la que se habían encontrado las cabezas de aquellos pobres animales. Y no fue hasta que también empezaron a desaparecer las personas que el pueblo decidió capturar al animal o la cosa que se los estuviera llevando.
Comenzaron a vigilar las cercanías del rio día y noche, vaqueros se turnaban para vigilar con sus caballos en busca de alguna señal que dejara ver que, en aquel lago existiera algún animal acechando. El miedo fue creciendo a medida que desaparecía más gente, nadie tenía respuesta de lo que estaba ocurriendo en Chiapas y nadie se aventuraba a nadar.
¿Qué era lo que se encontraba en el lago de Montebello?
No podían imaginarse que clase de animal contenía la fuerza y el hambre suficiente como para no dejar rastro alguno del ganado o las personas que ya se hacían desaparecidas. Un día uno de los vaqueros que hacia guardia, decidió ir con su caballo por la orilla del lago, no anduvo mucho tiempo cuando de repente salió del agua una serpiente, tan grande era su tamaño que pudo devorar una vaca entera de solo un bocado.
El vaquero asustado, mando corriendo a su caballo para avisar a los del pueblo. Temeroso de que nadie le creyera, explicó como la serpiente tenía un aspecto tan monstruoso que le erizaba la piel de recordarlo. Contó que aquel animal tenía una cabeza de vaca y cuernos, que había salido del lago llevándose con ella una vaca entera sin forcejeo alguno.
Con el miedo a flor de piel el vaquero llevo al fiscal del pueblo hasta el lugar donde juraba haber visto todo, pero no encontraron rastro, ni señales de algún animal. Esperaron días, manteniendo la guardia y deseando poder atrapar aquella serpiente, pero no aparecía.
La gente no se confiaba mucho de lo que había contado aquel hombre, pero unas semanas más tarde el que demandaba haber visto una serpiente gigante, falleció “del susto” empezaron a decir los campesinos, que debía de ser verdad toda la historia porque en sus últimos días el hombre juraba haber dicho la verdad.
No volvió a verse ningún animal
Siguieron merodeando el lago, preocupados por la muerte del vaquero y asustados de que fuera cierto todo lo que había dicho. Existen quienes le creen, pero no volvió a verse ninguna señal de que en ese lago existiera algún animal tan aterrador como lo describía. Algunos cuentan que la serpiente podía estar escondida en cualquier parte, porque el lago estaba conectado en las profundidades a otros ríos.