El relato alrededor de esta leyenda es muy variado, pues no se tiene una idea exacta de su origen. Sin embargo, hay quienes dicen que este túnel cuenta con muchas entradas subterráneas, donde una de estas se encuentra en el antiguo Convento de Santo Domingo, en la parte norte de la ciudad, y desde allí sigue su camino hacia el Templo de San Francisco, solo para finalizar en el Convento de las Madres Violentas.
Pero esto no es todo, ya que también se cuenta que este túnel cuenta con otras ramificaciones que se extienden hacia diversos lugares de la ciudad.
Además, muchas personas alegan que dentro de este túnel se encuentran muchos tesoros de inmenso valor, los cuales están conformados por muchas de las joyas que solían adornar a las imágenes religiosas y el motivo de haberlas ocultado, es debido al pánico que ocurrió cuando se llevó a cabo la disputa y guerra de la Reforma Mexicana.
Existe una anécdota popular que nos cuenta que, en el año 1911, cuando este conflicto estaba en pleno apogeo, algunos de los soldados se decidieron esconder en el pozo, justo en la entrada del antiguo Convento de Santo Domingo. Además, también se menciona que estos fueron los primeros en toparse con las joyas y riquezas que había allí, pero que nunca lograron salir del pozo.
Del mismo modo, esta anécdota nos cuenta que muchas otras personas han conseguido ingresar al pozo, pero que ninguna ha logrado salir con vida de allí. Y estas almas se convirtieron en los guardianes de los pozos, destinadas a ahuyentar a todos los que se acerquen.
Tiempo después, finalmente dieron con el pozo y en la comunidad se pusieron de acuerdo para sellarlo, por lo que llevaron las máquinas para hacerlo y lo consiguieron. Pero a los pocos días, todos los que participaron en esto, murieron en circunstancias sospechosas, y esto se le atribuyó a la maldición del pozo.