En la zona norte de Tuxtla Gutiérrez, en Chiapas, existe una cueva muy conocida, a la cual se le conoce como la cueva de la Chepa, sobre la cual diversos escritores han hablado en sus novelas.
En esta ciudad, en el barrio Colón, habitaba una joven conocida como Josefa, la cual se enamoró profundamente de Paco, otro joven del lugar. Todo era muy corriente, y nada que destacar, excepto que Paco pertenecía a una familia acaudalada, mientras que ella no.
Estos se conocieron durante un baile y desde entonces, comenzaron a salir, él buscaba a la Chepa todos los días; este era el apodo de la joven, siempre que ella iba a buscar agua en el río.
Sin embargo, con el paso del tiempo, su amor se intensificó y ella le pidió vivir juntos, pero él no sabía qué hacer ya que dependía económicamente de sus papás y estos no aceptarían a la joven.
Debido a que no tenían un lugar al que acudir para estar a solas, siempre se escapaban lejos de la ciudad. Un día, ella le pidió a Paco que la acompañara a una cueva, la cual se ubica en medio de muchos matorrales por el camino hacia Yuquiz.
Ambos llevaron ropa y sus emociones puestas, pues finalmente estarían a solas y podrían desahogar todo ese amor que habían contenido. Y lo hicieron. Con el paso de los días y horas, las familias de ambos los buscaron, pero no los encontraron, aunque sí se conocieron.
Sin embargo, unos días después, Paco regresó finalmente a su casa, pero no contó a sus padres lo que ocurrió, y estos no le preguntaron, ya que no estaban de acuerdo con la relación. No obstante, la Chepa se quedó esperando a que este regresara a la cueva, pero nunca lo hizo. Consiguió sobrevivir con frutas obtenidas del campo, pero no duró mucho.
Su familia la buscó en la cueva, pero no la hallaron allí, sino que en otra cueva fue que encontraron su cadáver, cerca de la ruta de Piedrona. A partir de entonces, a esta se le conoce como la Cueva de la Chepa.
Algunos habitantes o viajeros que pasan por allí, en ocasiones manifiestan escuchar la voz de una mujer que se encuentra dentro de la cueva, pero no hay nadie.