
En esta página web hemos contado la historia de diferentes tragedias ocurridas en carreteras, sin embargo, pocas son tan trágicas como esta, no solo por el número de víctimas, sino también por las edades de ellas.
¿Qué sucedió?
Bueno este acontecimiento tuvo lugar en el 1 de agosto de 1939, entre el tramo de carretera Chihuahua a Ciudad Juárez, cuando un grupo de 25 niños y adolescentes pertenecientes a la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA), viajaban al Parque Nacional Cumbres de Majalca.
En medio del camino, irónicamente en una curva apodada como “La curva del muerto”, el autobús de los jóvenes fue impactado por un camión de volteo que se quedó sin frenos, dejando a muchos de ellos lesionados y desafortunadamente a siete de ellos sin vida.
Quienes presenciaron el accidente inmediatamente corrieron para ayudar a los heridos y salvar tantas vidas como fuera posible. Algunas de estas personas incluso usaron sus vehículos para llevarlos a los servicios de emergencias o a su hogar.
Los nombres de aquellos desafortunados fueron Venancio Gabriel Gardea, Armando Gutiérrez Balderrama, Jorge Giácoman, Luis Díaz García, Teodoro Faulkner, Alberto Méndez Peña y Horacio Brondo Valdez.
El nombre del conductor del camión era Encarnación Espinoza.
El monumento de las siete cabecitas
Tiempo después, el 26 de mayo de 1940 se inauguró el monumento conocido como las siete cabecitas. Este sitio tiene como propósito hacer un homenaje a esos niños, cuya vida fue truncada en aquella tragedia, mientras que por otra parte les recuerda a los conductores que pasan por ahí, que su vida es valiosa y deben tener precaución en su camino. Por su bien y de los demás.
Un relato común entre los conductores y gente que camina en esta zona, es haberse encontrado con alguno de estos adolescentes. Se piensa que algunos de ellos aún no logran asimilar su fallecimiento y aún tratan de volver a casa.