
Esta leyenda pertenece a la ciudad de México, justo en la colonia Insurgentes-Mixcoac, donde se encuentra una estrecha calle al que se le apodo “El callejón del diablo”.
Se cuenta que en este sitio ocurren fenómenos paranormales. Algunas personas afirman haber escuchado risas, otras algunos gritos, y algunas más, que el mismísimo señor de las tinieblas aparece a todo aquel que se atreva a cruzar sin su permiso.
Una de las historias más contadas de este callejón, es el de un señor escéptico del que se desconoce el nombre. Según el relato él decidió cruzar por ahí para cortar camino hacia su casa, pero apenas pisó el lugar, observó a una sombra detrás de un poste. Esto no lo hizo titubear, pero una vez que estaba a punto de llegar junto él, la sombra se acercó, descubriendo a un ser espectral de oscuridad.
El hombre afirmó que en este instante salió corriendo para protegerse, pero sin importar lo rápido que fuera, era como si alguna fuerza lo atrajera más y más hacia aquella sombra. Dijo que finalmente pudo salir, pero que nunca olvidará el pavor que le provocó.
Un rumor más de esta historia, es una en donde un borracho cruzó el callejón, pero justo antes de llegar al lado del espectro, un relámpago iluminó la oscuridad y descubrió a una criatura aterradora que lo observaba fijamente. El hombre solo corrió sin mirar atrás.
Estos relatos abundan, y producto de ellos se narra que las personas iniciaron a dejarle monedas como una ofrenda, las cuales desaparecían, por lo que pensaron que el diablo estaba complacido.