Las leyendas de tesoros escondidos son muy comunes en el territorio mexicano, ya que durante las batallas de independencia, muchas personas preferían esconder sus fortunas, antes que perderlas frente a los batallones, que hacían cualquier cosa por arrebatarles lo que les pertenecía.
Una leyenda muy famosa cuenta que en Peña de Valle de Bravo, había algunos Españoles muy ricos que al mirar cómo se desenlazaba la guerra, decidieron separarse de la Nueva España para evitar ser asaltados o algo peor.
Obviamente el viaje sería largo y complicado, y si a ello le añadimos que cargarían su oro y objetos de valor, las cosas se complicaban aún más. Esto llevó a los hombres a buscar lugares donde enterrar su dinero, dejándolo oculto de cualquier curioso.
El tiempo pasó y con él la paz volvió al país. Una vez que los encuentros cesaron y la independencia se consumó, estos hombres enviaron a personas de confianza para recuperar su dinero, diciéndoles que en el lugar encontrarían un clavo enorme que les indicaría dónde buscar.
Desgraciadamente, nunca encontraron dicho artefacto, y el oro que un día les perteneció quedó sepultado hasta nuestros días.
Hoy en día algunas personas siguen escuchando estas historias y se embarcan a buscar aquel dinero, que aún se halla afuera, esperando a alguien que finalmente lo encuentre.